LA CAPTURA Y MUERTE DEL INCA RESUMEN

LA CAPTURA Y MUERTE DEL INCA RESUMEN

Atahualpa no llego en la mañana, recién en la tarde del 16 de noviembre de 1532 el Inca salió de su campamento cerca de los Baños y entro en la plaza Cajamarca. Detrás suyo iba el señor de Chincha, también encargado de andas.

Pizarro había dispuesto que tanto los cuerpos de infantería como los de caballería se ocultasen en unos galpones que daban a la plaza de Cajamarca. A Pedro de Candia, encargado de la artillería, le había ordenado que se colocase en el cerro de Rumitiana, un lugar perfecto para observar los movimientos del Inca.

En un templete, ubicado en el centro de la plaza, se hallaba oculto Pizarro, con un grupo de españoles. El plan era salir luego de una señal, a capturar al inca y ser reforzado luego por la caballería, la infantería y la artillería. La única posibilidad de ganar era tomando por sorpresa a los indios. Acuérdate de que el ejercito incaico era muchos mayor en número que el ejército español.

Una vez dentro de la plaza Atahualpa preguntó por los españoles. Los indios le contestaron que estaban ocultos en los galpones que rodeaban la plaza, y que se habían escondido por miedo. El inca iba a comenzar a dar ordenes cuando apareció Fray Vicente de Valverde, el sacerdote dominico que era el capellán de la expedición. El inca dejo que se le acercara. El fraile se puso delante suyo y le aplico la formula del Requerimiento. El traductor era un indio llamado Martinillo. El Requerimiento era una formula, una especie de pequeño discurso, que los conquistadores debían recitar antes de cualquier batalla con los indios. A través del Requerimiento el conquistador hacia saber que el Papa era señor de todo el mundo y como tal había confiado el dominio de esos indios al Rey de Castilla, en esta caso Carlos V. El conquistador, como representante del Papa y del Rey, exigía la obediencia de los indios. Si estos últimos no aceptaban el Requerimiento , los españoles consideraban que tenían todo el derecho para atacarlos. Este sistema permitió a los españoles pensar que tenían la razón para atacar o , dicho de otra manera tenían una causa justa para atacar. El Requerimiento fue, pues parte del “equipo moral” de la conquista. Era imprescindible puesto que nadie pelea pensando que su enemigo tiene la razón.

Al escuchar a Atahualpa hablar de un Dios desconocido, de un Papa que estaba en Roma y de un Emperador, pregunto a Valverde de donde sacaban estos nombres, pero por darle una respuesta a Atahualpa le señalo la Biblia. El inca tomó el libro en sus manos, lo miró, lo palpó, lo acercó a su oreja y luego lo arrojó al no encontrarlo interesante. Valverde recogió la Biblia y Atahualpa le dijo que volviera con sus compañeros, y que le entregaran todo lo que habían robado desde la Bahía de San Mateo hasta Cajamarca. Lo dijo tan fieramente que Valverde comenzó a correr desde donde estaba escondido Pizarro gritando: ”cristianos, ¿qué esperaran ustedes? Los evangelios están por tierra. Atahualpa había tirado la Biblia y Valverde tenía todo el derecho, dentro de la mentalidad europea de esa época, de indignarse.

Pizarro ordenó disparar un arcabuz y agitar una bandera blanca. A estas señales y a la voz de “¡Santiago!” salieron. Primero salió la gente que estaba escondida con el gobernador. Luego la caballería, que se arrojó contra los indios, y por último la infantería. Pedro de candia, desde el Rumitiana, comenzó a disparar. Los pocos indios que tenían sus armas bajo la ropa no las pudieron sacar. Fueron tomados por sorpresa, y rápidamente los españoles dominaron la situación. Pizarro, aprovechando el caos que reinaba en la plaza, logró llegar a ala lateral del Inca y tomarlo como prisionero.

Atahualpa fue conducido al Amaru Huasi o Casa de la Sierpe, su prisión por algún tiempo. Rápidamente se dio cuenta de la codicia de los españoles, y a cambio de su libertad ofreció un fabuloso rescate: llenar dos veces de plata y una de oro el cuarto de su prisión hasta donde llegara su brazo extendido, casi dos metros de altura. Desde este momento comenzaron a llegar oro y plata a Cajamarca para cumplir con el rescate. Para apresurar su cumplimiento y traer metales finos, se organizaron dos expediciones. Una debía dirigirse al templo costeño de Pachacamac y la otra al Cuzco. Los dos viajes se realizaron gracias al apoyo de Atahualpa.

Estando prisionero, Atahualpa despachó a un mensajero ordenando que sus generales asesinaran a Huascar. Estos cumplieron el mandato y Huascar murió ahogado en Andamacarca.

Al ver que tropas indígenas se movilizaban hacia Cajamarca, los españoles comenzaron a sospechar de Atahualpa. Cuarenta días después de iniciar la tarea del rescate, Pizarro, presionado por sus compañeros, ordeno la suspensión de la recolección de oro y plata a fin de comenzar a repartir el botín.

El gobernador ordeno que se hiciera la fundición del metal precioso el 13 de mayo de 1533. Al mes siguiente, el 18 de junio se concluyó el reparto.

Luego del reparto del botín la mayoría de los españoles se mostró mas decidida a matar al inca. Pero no todos estaban de acuerdo con la ejecución del Inca, entre ellos el propio Francisco Pizarro.

Al llegar noticias a Cajamarca de que tropas del Inca venían a intentar rescatarlo, Pizarro considerando que la vida de los españoles estaba en peligro, cambio de parecer decidió “juzgar” y dar muerte a Atahualpa.
El juicio empezó la misma noche que Pizarro fue notificado de la movilización de tropas incaicas. Se le acuso de:
Traidor: porque aunque prometía fabulosos rescates hacia todo lo posible matara los españoles.
Regicida: por haber ejecutado al inca Huascar.
Fraticida: por haber ejecutado a otros hermanos suyos.
Homicida: por haber matado a su parientes y criados de la “panaca” de su padre. incestuoso: por haber tenido relaciones sexuales con sus hermanas.
Hereje: por rechazar la religión católica y creer en cambios en varios dioses.

Al día siguiente, el 26 de julio de 1533, Atahualpa fue llevado a la plaza de Cajamarca. Los españoles pensaban quemar vivo al inca peor, en el ultimo momento. Atahualpa aceptó ser bautizado, con lo que se le cambio la pena de hoguera por la de garrote. El Inca no quería ser quemado porque, según la creencias andinas, desaparecía su alma. Luego de que Valverde, auxiliado por el indio Felipillo, quien actuaba como interprete, le predicara las verdades de la fe y lo bautizara, Atahualpa fue ejecutado. Se dice que el Inca recibió el nombre de Juan o Francisco.

Se sepultó al inca al día siguiente en la iglesia de Cajamarca. Cuando los españoles salieron de esas ciudad, bajaron los indios y extranjeros el cuerpo de Atahualpa. Hasta hoy no se conoce el paradero del cuerpo del Inca.

La Captura Y Muerte Del Inca Resumen

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