EL SEMBRADOR Y LA NUEZ
EL SEMBRADOR Y LA NUEZ
Un labrador, cansado de haber removido la tierra durante el día, se sentó debajo de un robusto nogal.
Desde su refrescante refugio – pues estaba ardiente el estío -, miraba agradecido el bien con que la generosa tierra premiaba sus penosas actividades de labriego.
Entre los frutos de sus diligente cultivo, contemplaba satisfecho sus enormes sandías y fraganciosos melones, esparcidos por el próvido suelo.
- ¿Por qué la Providencia – se dijo – puso las pequeñas nueces en tan elevado sitio? ¿No sería mejor que, trocando el destino, pendiesen de las ramas del nogal sandías y melones, y de las enredaderas las nueces?
De súbito, cayó del árbol una nuez y le pegó fuertemente en las narices.
- ¡Pardiez! – gritó el hombre -. ¿Si en vez de nuez, un enorme melón hubiera sido?...
Dios hizo las cosas con peso, sabiduría y mesura.
Cuentos Sobre El Sembrador Y La Nuez, El Sembrador Y La Nuez
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